El Comienzo

El Comienzo

Hola a todos! Quería agradecer toda la buena onda y el buen recibimiento que han tenido todos los productos de Wild Me, hace un tiempo tenía ganas de compartir un poco lo que significa ser emprendedor y empezar con un negocio, ya que me preguntan mucho por tips o como hice tal cosa o la otra. Y quiero compartir parte de mi historia y experiencia.

Soy diseñadora Industrial de la UDP, y desde que estaba en la universidad surgió en mí el anhelo de crear objetos únicos, con color e ilustración. Sólo me imaginaba tener una tienda y vender productos bonitos. Siempre en mi mente estaba la visualización de cajas con patrones ilustrados, y por mucho tiempo he tenido ganas de hacer cajas metálicas de ese tipo, aunque siempre me pregunto no sé con qué finalidad. Pero creo que estas cajas solo representa como desde esa época uní el objeto 3D con la ilustración y está en mi esencia crear objetos.

 

Cuando entré a la universidad, yo no dibujaba nada, aún siento a veces que no sé dibujar. Mis compañeros eran super talentosos y tenía habilidades increibles con el dibujo, y para mí ha sido un aprendizaje que he desarrollado con el tiempo, a través de cursos, diplomados en ilustración y mucha observación. Probar con los materiales, y explorar mis posibilidades. Así que siempre he pensado que si uno quiere puede, y el dibujo no es un talento innato sino una habilidad que se puede aprender.

Otra de las cosas que aprendí estudiando diseño fue que la herramienta más importante de un diseñador es la gestión. Observar necesidades y transformarlas a través de un proyecto en un resultado que puede ser un objeto, gráfica, experiencias, emociones, etc. Es la clave para ser un buen diseñador. Coordinar cada uno de los pasos para realizar ese proyecto, desde el concepto y el moodboard, pasando por la factibilidad, diseño, dibujo, cotización etc. Y si sabes gestionar y estar atento a todos los detalles no hay dudas a que llegarás a un buen resultado.

Mis primeros diseños que vendí en tiempos de universidad fueron libretas, que hacía con una anilladora muy vintage que era de mi papá, e iba a San Diego a comprar adhesivo de autos de colores, con los que forraba un cartón piedra, y mandaba a cortar papel dimensionado, para crear mis libretas. Aún tengo una bolsa llena de espirales que compré en esa época, y que obviamente vendían en grandes cantidades. Luego hice telares, y vendía bufandas y mantitas.

Mi amor por la ilustración ha estado muy vinculado con los viajes por la conexión con la naturaleza y por la oportunidad que he tenido de ver otras culturas e inspirarme de la gente, los lugares y las experiencias que he vivido. En 2007 hice mi primer viaje a Europa con unas amigas por 3 meses. En ese viaje increíble que yo siento como un despertar creativo y personal. Descubrí que lo que más me gustaba entrar a las tiendas de los museos, decoración y similares y poder ver cómo todo tenía ilustración y me maravillaba con cada producto, y ese fue mi primer acercamiento a entender que lo que yo quería hacer eran objetos ilustrados como negocio.

A finales de 2007 hasta mediados de 2008 estuve en Nueva Zelanda haciendo la visa Work and Holiday, y a pesar que este tipo de experiencias uno trabaja como mesera, recogiendo kiwis, etc. Comencé en mis tiempos libres a hacer mis primeros dibujos en una pequeña libreta que tenía y a inventar historias. Recuerdo que me gustaba salir a caminar por las calles de Auckland, y encontré una librería que me gustó mucho, en el rincón infantil hice mi primera compra, que también fue un inicio, un set de tres de los primeros libros de Oliver Jeffers, que pasó a ser un referente en ilustración que luego unos años después pude conocer brevemente, cuando vino a Chile y firmó mis libros.

 

El año 2010 hice el diplomado de ilustración en la UC, y he podido especializarme en Ilustración participando en cursos y workshops. En 2009 hice un curso de Ilustración en Sydney, Australia, mientras estaba con la visa work and holiday. En 2011 hice un curso en Nueva York de ilustración básica y el 2016 participé en un workshop en España donde pude conocer a Marta Altés y Benji Davies, entre otros ilustradores. En 2019 participé en el Encuentro de Ilustración de Valladolid, y fui finalista para el concurso, además de participar en workshops con Monika Forsberg, Isabelle Arsenault, Sebastien Mourrain. Todas esas experiencias fueron muy enriquecedoras y me hicieron crecer mucho profesionalmente, además de haber tenido la oportunidad de compartir con talentosos ilustradores.

Otras de las experiencias que me han hecho crecer como ilustradora ha sido la oportunidad de visitar la feria del libro de Bolonia en 3 ocasiones, en donde todas las editoriales del mundo se juntan para mostrar sus novedades, en esas visitas descubrí que me encantaba el arte de portugal, francés, italiano y español. Y me sentía muy ligada a esa manera un poco más desordenada y super colorida de crear las ilustraciones. Además es muy interesante cómo cada país contaba sus historias con una potencia gráfica única, de esas experiencias comencé a coleccionar muchos libros que atesoro porque son viajes a la imaginación y el color.

Mis inicios con la venta formal de productos sin tener idea del tema, comenzó en 2015, ese año tuve la posibilidad de vender mis productos, en ese tiempo tenía Tazones, libretas, marcadores de libros y algunos prints. en la tienda de souvenir del Museo de Bellas Artes. Y como me pendían factura, hice el trámite en un día, me acuerdo de que me escapé de la pega (En ese tiempo trabajaba 3 días a la semana en una fundación como diseñadora gráfica) y fui al centro como 2 horas, y una empresa se hizo cargo de todo. Desde ese día yo misma hago todas las facturas, guías de despacho y toda la contabilidad de mi empresa. Y una vez al año le pido a un contador que me haga el balance y todos las cosas más complicadas. De verdad que hacer facturas me entretiene y es muy fácil.

 

De a poco comencé a incorporar productos en tiendas como Plop!, en el museo Precolombino, Bendito, La Sucursal, entre otras. Me compré una máquina para hacer los tazones yo misma, ya que me plagiaron los diseños que yo tenía, y los empezaron a vender en unas tiendas del aeropuerto. Esa experiencia fue muy triste y por la que no tuve más que malos ratos. Además renuncié a mi trabajo y decidí dedicarme a ser ilustradora freelance para poder tiempo para desarrollar mis proyectos.

El resto de los productos con proveedores. Pero a medida que pasaba el tiempo, me di cuenta de que era muy difícil sobrevivir del negocio.

Todas las tiendas siempre trabajan con un porcentaje de ganancia de la venta de tu producto, eso obviamente ayuda a que ellas puedan pagar sus sueldos, y es un poco un pago por el derecho de estar en su espacio, que haya un vendedor que promocione tu producto. Pero la venta era lenta, y a veces no pagaban inmediatamente y tenía que esperar 2 o 3 meses para recibir un pago, y yo la verdad que no veía cómo podía vivir de esto, ya que invertía e invertía dinero y luego iba recuperando muy de goteo. Así estuve por 4 años, algunas tiendas comenzaron a cerrar porque la venta no era buena. Y yo mientras tanto me mantuve haciendo muchas pegas freelance, y poco tiempo tenía para hacer proyectos propios, me sentía un poco frustrada y agotada.

En esos años, mi idea de tener una marca y vender mis propios productos era muy potente, pero me sentía poco preparada, no estaba dispuesta a seguir invirtiendo para depender de solo las ventas de tiendas. Sentía que tenía que prepararme, ahorrar plata, y tener una estrategia más clara de los productos que quería vender, crear un nombre de marca y crear un E-commerce.

En 2019 decidí que quería volver a emplearme y entré a trabajar en una marca de retail, en el departamento de juguetería. Estuve dos años en los que aprendí mucho sobre proveedores en China, y ejecutar un mix de productos. Preparar colecciones y generar un planteamiento de ideas. Tuve la oportunidad de diseñar muchos productos lindos y de aprender mucho. Pero seguía sintiendo que lo mío no era pertenecer en una empresa y amoldarse a las necesidades de las ventas y perder tu ADN. Estaba lista para tomar mis propias decisiones, y crear a partir de mi instinto, elegir mis colores y enfocar mi energía en descubrir qué productos quería hacer y explorar nuevas alternativas. Quería libertad de poder crear a mi pinta, así que decidí a pesar de estar saliendo de la pandemia y con mucha incertidumbre, renunciar a finales de agosto 2021. Durante esos años pude ahorrar bastante, ya que me mantenía haciendo pegas freelance, y teníamos bonos por lograr objetivos y con todos los retiros del 10% pude hacer un buen respaldo para comenzar la gran inversión.

En esas semanas antes de salir completamente del trabajo, y con la ansiedad de lo que que se venía, decidí armar una planificación de todos los productos que me gustaría vender en mi empresa, desde lo más soñados a los más realistas, y dividirlos en categorías como editorial, papelería, textil, juegos y decoración. Ese documento que está hecho con fotos de referentes, me acompaña visualmente en mi escritorio como un reforzamiento de todo lo que me inspira y quiero lograr con los años con Wild Me.

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